domingo, 21 de agosto de 2011

Objetivo cumplido

8.20 horas. Zona de boxes. Bici colocada en su lugar, casco, gafas, zapatillas, dorsal, todo el material preparado para recibirme en cada una de las transiciones. Estoy listo para la salida, pero aún quedan 40 largos minutos de espera... la bocina sonará a las 9.00 h.

Me dirijo hacia la playa junto con mi entrenador y mis compis de prueba. Trotamos un poco, hacemos ejercicios de movilidad articular, nos vamos al agua a calentar nadando. Ya queda menos. Estoy de los nervios. Llegan los técnicos de la federación. Nos colocamos detrás de la línea de salida. 360 almas amantes del triatlón están dispuestas a dejarse la piel en el intento. Falta poco. Toca santiguarse, mirar al cielo: "mami, Iñi... va por vosotros". Listos.. ya!!! suena la bocina... al agua!!!

Un fuerte oleaje hace que la entrada al mar, y posteriormente la salida, haya sido especialmente dura. Patadas, codazos, puñetazos, son síntomas de un "sálvase quien pueda" o "mariquita el último". Así transcurrieron los 100 primeros metros de la prueba. LLego a la primera boya, embudo, giro a la izquierda, ahora toca nadar "recto" paralelo a la orilla. El oleaje en este tramo se nota algo menos, pero puedo sentir el vaivén de mi cuerpo cada vez que me atravesaba lateralmente una ola. No se me hace muy largo este tramo, estoy disfrutando. Levanto la cabeza, la boya final está ahí... la natación está casi culminada. Giro a la izquierda y aquí viene el peor tramo. Intentar salir del agua con este oleaje. Notaba como la ola a la vez que me elevaba, me succionaba de nuevo "hacia atrás", que largo se ha hecho. Por fin pongo pié en tierra. Una marea de gente nos aplaude y anima... esto mola.

Aproximadamente 150 metros separan la orilla del mar de mi bicicleta. Llego a la zona de boxes. Corro hacia mi lugar. Veo una gran cantidad de bicicletas aún "aparcadas". Me animo yo mismo: "vamos Albertito, que toda esta gente aún está detrás tuya". Me asombro, pues son bastantes. Llego a mi bici, gorro y gafas de natación fuera. Me coloco las de sol, el casco, agarro la bici y junto a ella salgo corriendo. Un juez indica el lugar donde ya podemos subirnos, así lo hago. Doy un pequeño salto, coloco los pies en mis zapatillas, pedaleo, comienza una nueva aventura.

Ya habia reconocido el terreno anteriormente junto a mi mujer en el coche. No iba a ser fácil. Menudo repecho de kilómetro y medio nos esperaba. Era un circuito de 5 kms. al que teníamos que darle 4 vueltas, por lo que esa "cuestecita" me esperaba con los brazos abiertos en varias ocasiones. Al final todo salió bien y mis piernas han podido con ella. Mi mujer, que se encontraba en la curva de entrada a meta de bici, me animaba en cada vuelta. Se agradece muchísimo.

Última vuelta. A pocos metros del final saco los pies de las zapatillas. Pedaleo con ellos fuera. Otro juez indica donde debemos saltar de la bici. Levanto la pierna derecha, me apoyo en la izquierda, doy un pequeño salto y empiezo a correr con la bici a mi lado. Queda lo más duro, quizá porque es donde más fuerte estoy ahora mismo, la carrera a pie.

Llego a mi lugar en boxes, suelto la bici, me quito el casco, meto los pies en mis zapatillas y a correr!!! la transición ha sido rápida, visto y no visto. Los primeros metros son duros al bajarte de la bici y comenzar con la carrera. No se mueven los mismos músculos en cada una de las disciplinas, por lo que eso pasa factura al principio. Pasa 1 minuto y ya acaba todo, ahora toca apretar los dientes. Comienza la carrera a pie.

El paseo marítimo está lleno de gente aplaudiendo. Eso te lleva en volandas. He disfrutado como un enano en este tramo. 5 kms que perfectamente podian haber sido 10, no hubiese tenido problema en terminarlos. Mi mentalidad de pasarlo bien y disfrutar de esta primera vez, me ha pasado factura y podía haberla hecho más rápida... 4.07 min/km de media y gastando bromas con el público, es la prueba.

Falta poco, veo la meta. Esto se acaba. Aprieto un poco los dientes. LLego al arco de llegada, toca santiguarse de nuevo, mismo mensaje para los de "ahí arriba", miro al cielo, lanzo un beso, se acabó... 1 h. 21' 45". Puesto 189º de 316º finalizados. Mi primer triatlón ha sido un éxito. Quiero más.



P.D. Gracias a Rubén Bravo Zuñiga, a Jose María Merchán Illanes, a OFSport, a mi mujer, a mi familia, y a mis compañeros y amigos que apuestan por mi.




viernes, 19 de agosto de 2011

Que poquito queda

Me falta un día para debutar en mi primer triatlón. Estoy nervioso. El imaginarme a pie de playa con el neopreno puesto en espera de que se produzca la salida, hace que en mi estómago se produzca una sensación de cosquilleo agradable. Todo ese nervio, ese cosquilleo, se compensa con la seguridad de que voy a hacerlo bien. Voy preparado para, sufriendo, hacerlo lo mejor posible. Marcar ese tiempo que me he propuesto, disfrutar de la carrera, sentir esa combinación de modalidades... nadar, pedalear, correr.

Llevo un tiempo preparándolo, y quiero dar las gracias a Rubén Bravo por iniciarme en los entrenamientos y a Jose María Merchán, que ha cogido "el relevo" de entrenador. Son las personas que han conseguido o están consiguiendo, que mi entrenamiento cada día sea más duro y más competitivo, y que hacen a diario que me esté apasionando este deporte.

Quiero dedicar este Triatlon a mi madre y a mi amigo Iñigo. "Terrenalmente" se lo dedico a mi mujer, que me acompaña y apoya en todo lo que hago, y que es "la ayudante" del triatleta el próximo domingo.

lunes, 15 de agosto de 2011

Tú tienes la culpa

21 de enero de 2010... una noche que cambió la vida de muchas personas.

Ese jueves te fuiste. Te marchaste haciendo lo que más te gustaba. Fuiste partícipe del tremendo vacío que has dejado en muchas personas. El agua, que tanto te gustaba surcar a nado con tus largas palas, fue la que te arropó para despedirte. Estuviste en sus brazos unos días. Ella quería disfrutar de tí igual que tú lo hacías de ella. Atracción mutua.

Tienes la culpa (bendita culpa) de que me preocupe más de los míos y más allegados, de que haya visto la vida de otra manera y hoy esté felizmente casado con mi esposa, de que valore más un te quiero, una sonrisa, una caricia. Tienes la culpa de mi nuevo reto, el triatlón. Tienes la culpa de que te recuerde a diario. Tienes la culpa de que cada noche, después de besar la foto de mis padres y recordar a mi madre que está contigo, te mande un beso a tí. Tienes la culpa de que tu foto esté colgada en el tablón de uno de mis dormitorios. Tienes la culpa de que tu cantimplora esté en mi taquilla. Tienes la culpa de que tus mallas deportivas largas, estén en mi cajón (gracias Ra). Tienes la culpa de que cada km. que recorro entrenando a pie, en bici, nadando, vengas conmigo. Eres culpable de que cada día que pasa, más te eche de menos.

Te quiero amigo.