miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mami, que cabrona eres.

"Jose, mamá está muy malita. Está ingresada en Reina Sofía, le ha dado un infarto"... como iba yo a pensar en ese momento, que jamás volvería a ver a mi madre viva.

8 de febrero de 2007, jueves. Recuerdo que era mi día libre. Mi mujer trabaja durante todo el día en esas fechas, por lo que comí tempranito y me fuí a la base a entrenar. Esa tarde no me llevé el móvil a correr. Al regresar y abrir mi taquilla, ahí estaba mi teléfono indicando varias llamadas perdidas de mi padre. Llamada fatídica que nunca hubiese querido recibir. Desde ese mismo momento hasta que llegué a Córdoba en coche, no recuerdo absolutamente nada. Tengo un pequeño "vacío" mental desde las 16.30 del jueves día 8, hasta las 23.30 del viernes día 9, momento en el cual, el Doctor, nos certifica a mi padre, mi hermana y a mi, la muerte de "la Angelita". Imágenes de mi madre en la UCI y del pasillo del hospital con esa ventana al fondo en la izquierda, es lo único que queda en mi mente de esos dos días, que sumados a un largo día de tanatorio y otro de sepultura, marcarán unos de los 4 peores días de mi vida.

"La Angelita", que puedo contar de ella. Siempre se salía con la suya la cabrona (asi nos dirigíamos el uno al otro en ciertas ocaciones, cabrón y cabrona, nos encantaba). Desde su sillón, con un teléfono en la mano... era capaz de controlar el mundo. Era la persona ideal para solucionarte ese problema que jamás pudiste resolver, eso sí, desde su sillón y con el teléfono. Si te faltaba algo, no te preocupes, que te lo arreglaba para que en pocos minutos lo tuvieses... desde su sillón y con el teléfono. ¿Las mejores vacaciones que puedas pasar? ella las organizaba... desde su sillón y con el teléfono. Que crack. La cabrona tenía que marcar los números con las yemas de los dedos, porque sus largas y preciosas uñas de porcelana (las cuales cuidaba varias veces al mes), no le permitían hacerlo de otra forma. Se me viene un recuerdo que me contó mi padre a la mente... a la persona que realizó su admisión (administrativa) en el hospital segundos antes del infarto, le estaba enseñando sus uñas de porcelana. Injusta vida... mira bien mis uñas porque dentro de 10 segundos voy a morirme (debió pensar su subconsciente en ese momento).

A la hora de salir, no eras tú capaz de ver a otra mujer más conjuntada que "la Angelita". ¿Qué el bolso era rojo?... pendientes rojos, pulseras rojas, botas de taconazo rojas, abanico rojo... digna de observar. Los 62 añazos mejores cumplidos de la historia, y lo digo como persona, no como hijo. Quien la conoció sabe que tengo razón. A toda esa belleza exterior, sumadle la interior... que era la que verdaderamente la engrandecía.

Mami, te fuiste sin avisar. No me dijiste adiós. Llevaba desde enero sin verte. Quedaban muchas cosas por compartir. Me pesa que no hayas disfrutado de tu nuera... otra cabrona como tú. Me pesa que no me llevases del brazo en mi boda (aunque quien tomó el relevo ese día, lo hizo genial, y orgullosísimo que estoy). Me pesa que no estés disfrutando de tu bisnieto. Me pesa todo sin tí.... me pesa que te hayas ido.

Estás conmigo, lo se... y no me dejes nunca.Te quiero cabrona.

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